martes

Una madrugada mi abuela Teresa (madrugadora ella) estaba en la cocina
Inmersa aún en el sueño , me asomé despacito..observé desde el quicio de la puerta su ritual secreto
mmmmm ¡Mi abuela era alquimista!! (ya entonces entendí algunas cosas)
Sobre la encimera tenía el vaso de cristal de pequeño tamaño, tal cual era su cuerpo (que no su corazón)
Hasta justo el medio , según prescripción de su médico de cabecera para frenar su incipiente ceguera, lleno de vino tinto

Entonces cascó el huevo y en un solo movimiento , como una guerrera lo vertió sobre esa uva tan vestida de sangre.
Mis ojos ojipláticos ojihablaban de sorpresa...
De pronto me vio y me dijo :
Lenita remueve...y ya la cucharilla mezcolaba el mejunje 
Yo miraba eclipsada esa suma de esencias.
Mezclaba los colores como ese pintor abstracto, ruso, seguro que cocinero : Kandinsky
Justo en ese momento aprendí a pintar las nubes
A crear mapas con el vuelo de las mariposas
A enlazar espacios, razas y fronteras

Y a degustar el vino 
L.






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