lunes





No estabas cuando me involucré de hambre
y el hambre me involucró de apetito
Pero viniste luego.
En ese momento certero y justo en el que
apaciguaba la sequedad de mi pozo.
Viniste con tu lago de emociones y tu reguero de sueños,
Descorchaste la corbata y me asusté de tu nudo
A la altura de tus labios.

No queríamos ninguno....
Fue imposible que no llenaras de pan
la boca que lo anhelaba
Una vez que me saciaste....que dije que me marchaba
te involucraste en mi hambre
en mi voraz apetito
¿Donde has estado siempre?
Te pregunté a la primera caricia izquierda al norte de tu cuello
Y mordiéndome el labio , la comisura del labio dijiste;
Donde?
En el resto de tu vida
L.

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