Como una estatua absorta de piel y desnuda de carne mis ojos impasibles siguen sus pasos...
Me rodea inhiesto como un tigre al acecho esparciendo su olor,
Y yo sin piel ni carne advirtiendo su rastro me limito a esperar el tacto de sus manchas.
El dice que le gusta mi inmutable paciencia...
(yo pienso que sin mi alma soy cual simple ermitaña)
Y me aplico a la entrega...
(fragmento: Cuentos incontables)
L
No hay comentarios:
Publicar un comentario