Me dicen que mañana florecen los espliegos,
con sus hojas de lanza derivando a las nubes,
con sus flores surcando como alas los cielos,
con su piel de lavanda y sus auras azules.
No es julio ni es agosto
Me lo dicen las aguas de noviembre que suben
hasta un mar misterioso, revestido de un saxo,
cuyas notas amargas me embriagan de un perfume
que como mariposas me iluminan el paso
Me lo dicen los astros...
L.
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