viernes






Revierto en este ahora todo lo amargo
Hay un candil sobre la encimera que aletarga mi paso
Shhh, la niña duerme
Mi alrededor es una melena enredada que peino
desmembrando antenas y alas de mariposas.
La realidad es tan trascendente  como este tiempo que,
indómito no me permite soñar mas allá de lo que percibo.
Este hartazgo no me muele el canto ni la dicha.
No se seguir preceptos.
No se tocar sin predecir quemarme.
Las garzas se apaciguan en el viento,
vuelan con la cabeza entre los hombros,
dibujando una eSe.
Lo merecen todo.
Incluso mis brazos acunando un grito Salvaje,
desprovisto de hálito.
Todo existe en esa constante,
Todo existe en ese pincel que moja
la acuarela de mi alma,
precipicio ante este pulso con lo palpable
que no me permite rendirme a su fondo.

L

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